Incluso podríamos centrarnos en las oportunidades inherentes a cada etapa de la vida.
Evans es nuestro voluntario con más años de servicio y lo extrañaremos mucho”.
Consejos adicionales de la Sociedad Gerontológica de América:
Consejo | Ejemplo |
Utilice un lenguaje unificador | Nosotros o nosotros, en lugar de ellos y ellas; |
Describir a personas de 65 años o más con términos relevantes | Adulto mayor, personas mayores o personas de edad avanzada; |
Sea específico sobre un rango de edad | Mujeres estadounidenses de 75 años o más; |
Poner a la persona en primer lugar cuando se habla de la condición de un individuo. | Una persona con discapacidad en lugar de una persona discapacitada; |
Evite términos que sugieran la impotencia de las personas con enfermedades. | Diagnosticado con artritis, en lugar de sufrir artritis; |
Evite frases fatalistas que sugieran que el envejecimiento es un desastre inminente | El importante aumento del número de adultos mayores frente al tsunami de plata; |
Ya sea como autores, profesionales de la salud o miembros de la comunidad, podemos empoderarnos unos a otros asumiendo la responsabilidad de cómo comunicamos sobre el envejecimiento. Esto puede requerir una reflexión sobre nuestras actitudes y creencias. Unir a diferentes grupos de edad es clave; Hacemos esto eligiendo palabras afirmativas y haciendo que los cambios en la vida no sean amenazantes. Incluso podríamos centrarnos en las oportunidades inherentes a cada etapa de la vida.
Nuestro deseo de comer es un instinto básico. Pero se sabe que una de cada tres personas pierde el apetito a medida que envejece, especialmente las mujeres y quienes viven en residencias de cuidados personales. Siga leyendo para conocer consejos que ayudarán a su ser querido anciano a recuperar el apetito y mantenerse saludable.
Conclusiones clave:
- Una de cada tres personas experimenta pérdida de apetito en el futuro.
- La pérdida de apetito con el envejecimiento es más común en mujeres y en quienes viven en residencias de ancianos.
- La falta de apetito empeora con la edad.
- Los factores financieros, físicos, psicosociales y ambientales contribuyen a la pérdida de apetito en los adultos mayores.
- Identificar la causa es clave para mejorar la disminución del apetito.
Los basicos
Nuestros sistemas digestivo, endocrino y nervioso se comunican a través de señales hormonales para satisfacer nuestro instinto básico de comer. Estas intrincadas señales inician, monitorean y apagan nuestro interés por la comida. El aumento de la edad altera la cantidad de hormonas producidas y la capacidad de respuesta del cuerpo a ellas. Permanecemos inconscientes de cambios tan sutiles hasta que la pérdida de peso es evidente. La falta de apetito se llama anorexia.
La homeostasis es el intento del cuerpo de mantener un equilibrio entre lo que consumimos y la energía que quemamos. Los componentes que impulsan la cantidad que ingerimos son:
- Hambre – la señal de que el cuerpo necesita combustible.
- Saciedad: la señal de que el cuerpo está lleno.
- Saciedad: la satisfacción que perdura entre comidas.
- Placer – también conocido como hedonismo.
Estos estados responden a cambios en el cuerpo a medida que envejecemos. Nuestra relación con la comida es vulnerable a alteraciones bioquímicas, emocionales y ambientales a lo largo de nuestra vida. Ejemplos de estos cambios son el crecimiento del desarrollo, la cantidad de actividad física, los ajustes en la dieta y la presencia de enfermedades.
Causas de la disminución del apetito.
Cambios psicosociales
La soledad y la depresión son las principales razones por las que disminuye el apetito. Cuanto más envejecemos, más probabilidades tenemos de perder personas o quedar aislados. La depresión no es infrecuente cuando ocurren estas transiciones.
Desafíos financieros
Dependiendo de los ingresos de jubilación de cada uno, el precio de los alimentos y de comer fuera de casa puede resultar oneroso. Una encuesta de la Universidad de Michigan revela que el 37% de los adultos de entre 50 y 80 años dicen que el aumento de los costos de los alimentos está afectando negativamente su capacidad para comer bien. Hacer que otra persona prepare las comidas no está al alcance de muchos, y pagar por la entrega de las comidas suele tener un costo prohibitivo. Los adultos mayores pueden acostumbrarse a comer menos en función de lo que sea asequible.
Factores ambientales
El lugar donde vivimos a menudo determina nuestro acceso a los alimentos, así como nuestra capacidad para movernos y socializar. El apetito suele verse estimulado por la actividad física y la interacción social. Si estamos solos o rodeados de condiciones poco saludables o indeseables, nuestra motivación para comer a menudo disminuye.
Factores físicos
Como se indicó anteriormente, existe evidencia de que el cuerpo que envejece responde de manera diferente a las señales de hambre. Con la edad, la producción de saliva disminuye, lo que afecta el sabor y la descomposición de los alimentos.
Muchas condiciones médicas causan pérdida de apetito, incapacidad mecánica para comer bien o incluso pueden acelerar el metabolismo del cuerpo de modo que sea difícil mantener el peso. Ejemplos incluyen:
- Enfermedades de dientes y encías.
- Diabetes no diagnosticada/no tratada.
- Demencia avanzada.
- Cáncer.
- EPOC y otras enfermedades respiratorias crónicas.
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- Hipertiroidismo.
- Infecciones recurrentes o crónicas.
- Insuficiencia cardíaca, hepática o renal.
- Enfermedades neurológicas progresivas como el Parkinson.
- Enfermedad inflamatoria intestinal (por ejemplo, enfermedad de Crohn).
Otros factores contribuyentes
Se sabe que los medicamentos producen efectos secundarios desagradables que reducen el apetito de las personas mayores. Explorar este tema está más allá del alcance de este artículo, pero debe discutirse con el proveedor médico o farmacéutico de la persona.
Los síntomas son respuestas físicas a una condición, enfermedad, lesión o droga. Los síntomas que a menudo resultan en anorexia incluyen:
- Dolor
- Náuseas y vómitos
- Hinchazón y estreñimiento
- Sentidos reducidos del gusto, el olfato y la vista.
Problemas resultantes
Una serie de problemas de salud como debilidad y fatiga pueden provocar que las personas mayores tengan poco apetito. Las deficiencias nutricionales prolongadas debidas a una ingesta inadecuada pueden provocar una reducción de la masa muscular y ósea, así como trastornos sanguíneos como la anemia. La pérdida de peso involuntaria contribuye a la fragilidad en los adultos mayores. La fragilidad no es sinónimo de madurez, sino que es un síndrome asociado a un mayor riesgo de discapacidad o muerte.
Consejos para mejorar
psicosocial
Con quién comemos es importante, ya que afecta nuestra experiencia con la comida. Se ha demostrado que comer con otras personas mejora el apetito, especialmente en las personas mayores. ¡Invita a alguien a cenar! Consulte con las iglesias locales y los centros para personas mayores para ver si sirven comidas en un lugar comunitario. A menudo hay opciones de asistencia con el transporte.
Financiero
En la mayoría de las comunidades hay programas que abordan la inseguridad alimentaria. Es una buena idea comenzar con las iglesias locales o el consejo sobre el envejecimiento de su área. Vale la pena investigar programas nacionales como Meals on Wheels y el Programa de asistencia nutricional suplementaria (SNAP). Algunos planes Medicare Advantage ofrecen entrega de alimentos congelados.
Ambiental
Si el lugar donde vive es una barrera para comer adecuadamente, pida ayuda. Es posible que los proveedores de atención médica, familiares y amigos no lo sepan y puedan conectarlo con recursos. Las dificultades con los electrodomésticos o la limpieza del hogar se pueden abordar con el propietario. Si necesita más ayuda, consulte con el consejo local para personas mayores, el departamento de servicios sociales o la asistencia jurídica.
Físico
Su proveedor de atención primaria es el lugar para comenzar ante cualquier cambio en el apetito. Investigar la anorexia y cualquier pérdida de peso involuntaria es vital para prevenir la progresión de cualquier enfermedad subyacente. A menudo, un dietista registrado puede evaluar las necesidades dietéticas y las preferencias nutricionales. Un logopeda puede evaluar los problemas para tragar. Su equipo de atención médica sabrá qué hacer.
Una alimentación saludable e intencional es vital para vivir bien con la enfermedad de Parkinson (EP). Aunque no existe una dieta especial para la EP, existen consideraciones importantes con respecto a la elección de alimentos, especialmente cuando se toma un medicamento común para la EP. La pérdida de peso es debilitante en la EP y los síntomas contribuyentes responden a las intervenciones dietéticas. Lo mejor es buscar ayuda de expertos para individualizar un plan de nutrición a medida que avanza la afección.
Conclusiones clave:
- Las personas que viven con EP deben seguir pautas nutricionales generales para adultos.
- La pérdida de peso es una preocupación clave en la EP, especialmente a medida que la enfermedad progresa.
- La levodopa es un medicamento común utilizado en la EP y su absorción se ve afectada por la ingesta de proteínas en la dieta.
- Cuando las interacciones entre medicamentos o los síntomas interfieren con una nutrición adecuada, son necesarios ajustes en el enfoque de la dieta para la EP.
Parkinson y nutrición: lo básico
La nutrición se refiere a cómo nuestros sistemas biológicos utilizan los alimentos para mantener la homeostasis (el estado estable y óptimo de nuestro cuerpo). La EP desafía la nutrición debido a su mecanismo neurodegenerativo.
La dopamina es un mensajero químico específico que es esencial para la comunicación celular diaria. Sus niveles disminuyen debido a la EP. Los niveles inadecuados de dopamina impiden varios procesos fisiológicos, incluidos el movimiento, el apetito y la digestión.
El riesgo de desarrollar EP aumenta con la edad; la mayoría de las personas tienen más de 50 años en el momento del diagnóstico. No existe una dieta prescriptiva ni suplementos para la EP, pero la pérdida de peso es común con el tiempo y conduce a una menor calidad de vida.
Lo mejor es comer comidas bien equilibradas y seguir las pautas nutricionales generales para adultos, centrándose en una hidratación adecuada. A continuación se presentan algunos aspectos destacados de las recomendaciones dietéticas actuales para adultos del Servicio de Alimentos y Nutrición del USDA:
- Las fuentes de proteínas incluyen mariscos, carnes magras, aves, frijoles, guisantes, lentejas, nueces y huevos.
- Elija opciones que estén llenas de nutrientes, especialmente fibra, calcio y vitamina D.
- Beba al menos 64 oz u 8 vasos de agua al día además del líquido que ingiere a través de las comidas.
- Limite la ingesta de azúcares añadidos, grasas saturadas y sodio.
Pero tenga en cuenta que la movilidad reducida hace que ir al baño sea más difícil en las últimas etapas de la EP. Intente beber líquidos más temprano en el día o cuando haya ayuda disponible.
Además, tenga en cuenta que debido a la presión arterial baja crónica relacionada con la EP, algunas personas se beneficiarán de tener más sal en su dieta.
Levodopa y proteínas
Aquí encontrará todo lo que necesita saber sobre la levodopa y las proteínas.
El efecto proteico
La levodopa es un medicamento común que se administra a las personas con EP. Una vez ingerida, se convierte en dopamina, lo que aumenta la capacidad funcional de la persona mientras dure el medicamento. La duración es de aproximadamente 4 a 6 horas, lo que significa que el medicamento generalmente debe tomarse varias veces durante el día.
La levodopa compite con otras proteínas por la absorción. Esto se conoce como efecto proteico.
Contents
- Los basicos
- Causas de la disminución del apetito.
- Problemas resultantes
- Consejos para mejorar
- Parkinson y nutrición: lo básico
- Levodopa y proteínas